Infonueve.com

Actualidad

Miércoles 22 de noviembre de 2017

No bajar nunca los brazos

El nuevejuliense Tobías Catuogno superó una leucemia con 16 años. Ahora escribe el libro “¿Por qué no a mí?” en el que compartirá su aprendizaje de vida y experiencia. Lo hará a través del Proyecto “Propagar Ideas”. Ahora necesita fondos para que su sueño se concrete y entre todos podemos ayudarlo.

Tobías Catuogno es nuevejuliense ahora tiene 20 años y estudia Relaciones Publicas en La Plata. Cuando tenía 16 años le diagnosticaron leucemia- cáncer en la sangre - pero años más tarde la superó con tratamiento y una mente tan positiva como la de un gladiador.


En ese proceso que le demandó más 2000 días esbozó una especie de “Diario de su enfermedad” en el que mediante anotaciones reflejó no solo el transcurso de su internación en el Hospital de niños Sor María Ludovica de La Plata, sino que también plasmó en fotos su recorrido hasta el día de su alta. Parte de esa muestra reflejan el proceso de la enfermedad, las personas que allí convivían, las actitudes positivas que Tobías decidió afrontar contra la leucemia hasta que su salud volvió a restablecerse.


Todos esos hechos que hoy forman parte de su vivencia y de su historia, serán contados gracias a la pluma del periodista Felipe Rodríguez en “¿Por qué no a mí?”, un libro que dará luz hacia fines de marzo y cuya "semilla" fue plantada por su amiga Regina.


El 10 de noviembreen la capital bonaerense fue el lanzamiento oficial y la viralizacion de la campaña del libro @porquenoami, el cual será financiado mediante la plataforma “Propagar Ideas”. Un proyecto que nació con la semilla de su amiga Regina viendo las anotaciones de Tobías y que hoy necesita más que nunca que se haga realidad con la ayuda de todos.


Cuatro años después de que Tobías Catuogno trasladase su casa de 9 de Julio al hospital de niños Sor María Ludovica de La Plata “¿Por qué no a mi?” va tomando forma y esta es parte de su historia.


“Luego de haber vivenciado la experiencia y haber recibido el alta definitivo, se aventura en llevar su mensaje de optimismo y a reflexionar sobre que nadie sabe en qué momento le tocará vivir una situación similar, por lo que es imprescindible “amigarse” con el problema, sea el que sea”, este fragmento forma parte del libro que el periodista Felipe Rodríguez escribe en nombre de Tobias.



También señala “No bajar nunca los brazos” es la llama principal que motiva a Tobías expresar su mensaje hacia el público, tomar la vida como un regalo muy preciado para encarar cada día con la positividad máxima y descubrir que realmente vale la pena cada segundo de ella”


LA HISTORIA DE TOBIAS

Un gladiador, un luchador, un joven hambriento de vida esas podrían ser las palabras que mejor definan a este joven nuevejuliense que hoy estudia Relaciones Publicas en la Universidad del Este de La Plata y que con excelente predisponían compartió entrevista con infonueve.com.


En cada respuesta se nota que Tobias tiene ganas de comerse el mundo y de contagiar la positividad que lo caracteriza.


Estaba en tercer año de la secundaria cuando se enteró de su enfermedad. El cuarto año lo hizo libre en el Colegio Marianista San Agustin de 9 de Julio y pudo volver en el quinto año y ser parte de la Promo junto a sus amigos. “Siempre sentí el apoyo del colegio, de mis compañeros y profesores. También del padre Manolo”, asegura Tobías mientras los minutos de esta entrevista comenzaban a desatarse.


I: ¿Que ha significado la enfermedad en tu vida?

TC: Me hizo darme cuenta de lo relativo que es todo aquello a lo que le damos importancia y que lo único que merece la pena es el momento presente vivido y con legria. Antes era un rebelde, ahora solo sé que mi visión es totalmente diferente.


Para sanar es fundamental que te sientas más grande que la enfermedad, que no te identifiques con ella. Tenes que controlar tu plano mental y rodearte sólo de personas positivas que crean, como tú, que eres una persona sana. La energía que se mueve a tu alrededor durante todo el proceso es muy importante.


Creamos la realidad con nuestros pensamientos. Si la mente lo cree posible encontrará el cómo y si lo cree imposible encontrará una excusa.


I: ¿Como te la diagnosticaron?

TC: Estuve cuatro meses en 9 de Julio tirado en la cama, lleno de ganglios y sin un diagnostico firme. Gracias a un vecino mi mama se contactó con el Hospital de niñosSor Ludovica de La Plata. Viajamos y me dijeron que iban a sacarme un ganglio para analizármelo. Quería saber que tenía. Tras el diagnostico confirmado, la Dra frente a mis padres me dijo que tenía leucemia. Cuando me lo diagnosticaron me habían tirado toda la información en crudo. Recuerdo que me quede traumado y más con el nombre científico con que me lo dijeron. También me dijeron que iba a caérseme el pelo y muchas consecuencias que la quimioterapia me traería. Tenía 16 años y no podía creerlo.

Recuerdo que a medida que la doctora hablaba en un momento pedí salir del lugar y comencé a caminar por los pasillos. Me cuestionaba todo y especialmente me preguntaba¿Por qué me paso esto a mí?. También pensaba en el viaje a Córdoba que tenía que hacer en dos días con mis compañeros de colegio. Con ese diagnóstico la doctor no me dejaba ir por el riesgo, pero decidí hacerlo. Al llegar a la terminal de 9 de Julio y sentir el aliento de mis compañeros eso me llenó de energía. Recibí toda la fuerza de mis amigos y al retornar, volví a La Plata y comencé por fin con el tratamiento. Siento que eso marco un antes y un después en mi vida.


I: ¿Qué paso después?

TC: Llegamos a La Plata y me internaron en una sala. Me despertaban, me daban pastillas, pero mi mente estaba en positivo. Sentía que estaba haciendo las cosas bien porque mi meta era sanarme. Pensaba que si estuve cuatro meses sin un diagnóstico en 9 de Julio ahora ya lo tenía y sentía que todo era para curarme. Tenía que aprovechar esta oportunidad y mirar para adelante. Recuerdo que las enfermeras no podían entender cómo, a comparación del resto de los pacientes, yo estaba feliz. De un día para el otro me desaparecieron los ganglios por los corticoides y eso hacía sentirme cada vez mejor.


I: ¿Qué te dejó tu paso por el hospital?

TC: Muchos amigos porque pude conocer mucha gente. Me sacaba fotos todos los días y con todo el mundo porque quería tener recuerdo de todo. También trataba de hacer reír a la gente y en especial a los más chicos. Es como que “daba” la alegría que me sobraba.


I: Dicen que si la mente lo cree posible encontrará el cómo y si lo cree imposible encontrará una excusa. Más allá de la medicación y del tratamiento ¿Cuáles han sido “los ingredientes anímicos” de tu sanación?

TC: Me llevaba muy bien con el Padre Manolo Prieto del Colegio San Agustín. Hablar con él me ayudó mucho. Rezábamos cada vez que iba al colegio. El hacía misas de sanación en 9 de Julio y sé que hasta pusieron fotos mías, estando yo en La Plata pidiendo por mi salud. No podía creer todo lo que estaba generándose y siempre me decía que tenía que tener la mente en positivo para seguir para adelante.


I: ¿Qué cosas te motivaban cuando ibas a los tratamientos?

TC: Me levantaba a las seis de la mañana, desayunaba y siempre pensando en que todo saldría bien. Los análisis estaban cada vez mejor. Incluso cuando salía con barbijo y ya sin pelo por la quimioterapia por las calles de La Plata, sentía que la gente me miraba medio raro, pero eso no me desanimaba. Me ponía a hablarles y les explicaba que tal vez les impactase mi imagen, pero que de ánimo estaba bien. Sé que la positividad funciona y que la cabeza trabaja mucho y no le daba tiempo a pensar en la enfermedad. Si tu cabeza está firme, lo demás puede acomodarse.


I: ¿Cuantos años te llevo terminar con el tratamiento hasta que te dieron el alta?

TC: Me habían dicho que sería un proceso de dos años. Primero pensé en todo lo que me perdería, pero después pensé y si trato de pensar en todo lo que pudiese disfrutar en esos dos años. Me mentalice en acortar los años de tratamiento. Nunca voy a olvidarme que al comienzo me hicieron unas imágenes de cómo se encontraba mi enfermedad y cuando me las repitieron a los tres meses los efectos eran muy positivos e iba evolucionando muy bien. Al año y medio ya había logrado poder volver a 9 de Julio e incluso no me perdí de la promo. El alta definitivo me lo dieron el 11 de septiembre de 2015. Ese día un amigo me había prometido que cuando me diesen el alta estaría esperándome para brindar con “Corona”. Yo no tomaba alcohol, por el tratamiento y para cuidarme, pero ese día abrí las latas y lo disfrute. Ese fue uno de mis mejores festejos.


I: ¿Tuviste recaídas?

TC: Nunca tuve, pero sé que de las recaídas se sale. Tuve amigos que pasaron por muchas, hasta algunos perdieron la vida, pero sabía que ellos no habían perdido porque dieron lo mejor. Nunca quedaran en el anonimato.


I: Siempre tuviste este espíritu de lucha o como eras antes?

TC: No siempre fui así. Antes era un rebelde, discutía mucho. Es como que todo era un papel como para llamar la atención. Esto que me pasó me hizo un clic y sé que me hizo cambiar para bien y desenfocarme de esa rebeldía.


I: ¿Cómo surge el proyecto del Libro?

TC: Tenia un cuadernillo, como un Diario en el que anotaba todo lo que tenía que hacer, que tenía que tomar, a quien visitar cada día, me anotaba frases y proyectaba mi futuro. Me despertaba a las cuatro de la mañana y escribía. En una de esas anotaciones había puesto que quería escribir un libro contando mi historia para que llegue a mucha gente. Hace un año, antes de irme de viaje me sacaron el catéter donde me pasaban la medicación y justo me cruce en el Hospital con Regina, quien ya es una amiga y también es la asistente de mi doctora. Me pregunto si me gustaría publicar el libro y dijo que cuando yo vuelva a estudiar a La Plata ella se encargaría de encaminar el proyecto. Asi fue como apareció el periodista Felipe Rodríguez y “Propagar Ideas” en este nuevo desafío que se llamará “Por qué no a mí?”.


I: ¿Luego del lanzamiento del proyecto que dimensiones tomo?

TC: Pensé que solo se quedaría en 9 de Julio y en el hospital nada más, pero por suerte también ya forma parte de Ameghino – lugar de donde es el periodista Felipe - y de muchos lados más. Hasta se contactaron gente de Santa Cruz, de Neuquén, de Pehuajó y de todas partes del país. Esto me lleno de alegría por la repercusión que había tenido la publicación en redes y en algunos medios. La idea es llegar a los 500 ejemplares, pero ojalá la gente quiera más. Con este libro quisiera que los que tienen esa enfermedad u otra traten de sobrepasarla de una mejor manera y en positivo. También acercarme a los padres de los pacientes. Es un mensaje para todos.


I: ¿Tuviste miedo a la muerte?

TC: Si, lo tuve. Hay una parte en el libro en que lo cuento. Recuerdo que estaba con mamá en la sala de espera y escuche un comentario de unos familiares de pacientes que hablaban de la muerte de una chica y de un virus que habia. Me golpeó tanto lo que escuche porque estaba en tratamiento y con las defensas bajas. Nunca me había pasado. Comencé a temblar y la doctora trato de tranquilizarme. Llegue al departamento y cuando termine de bañarme me ataco un frio. Comencé a llorar, llame a mi mama y ella me cubrió con sábanas y cobijas. Después de llorarme todo y hasta el cansancio me dormí. Pedía por mis amigos y necesitaba sus abrazos. Mi mamá se contactó con 9 de Julio y al despertarme me inundaron de mensajes y de buena vibra. Me hizo muy bien. Esa fue el momento que más mal la pase. Lo sufrí y temí a la muerte.


I: Finalmente ¿Qué proyectas para tu vida?

TC: Ahora estudio en la facultad Relaciones Publicas y estoy mentalizado en el libro. Trato de ponerle pilas a eso.Sé que hay una salida para todo y encaro la vida de una manera distinta. Nunca voy a dormirme sin agradecer y reflexionar. Nunca hay que acostarse mal, sino proyectándose en lo que harás al día siguiente y con mente positiva. Siempre doy un gran suspiro y me digo “hoy hice algo bien” y con eso me duermo.


SUMATE A LA CAMPAÑA

¿Qué buscamos con esta campaña? Junto con la idea de crear el libro y llevarlo a la mayor cantidad de personas posibles, conocimos la posibilidad de hacerlo realidad a través de Propagar Ideas. Esta plataforma lo que permite es financiar todos los gastos de diseño e impresión de los 500 ejemplares que vamos a sacar en esta primera tirada. La idea nos pareció genial y muy motivadora, ya que de esta manera no sólo logramos que entre todos podamos pagarlo y concretarlo (solos sería imposible), sino que también hacemos que todos participen, que se involucren y que quien así lo requiera, pueda tener su relato en el libro, además de llegarle a la puerta de su casa.

Este es el link de como sumarse: https://goo.gl/xzFXtb


ENTRE TODOS

La Madre teresa de Calcuta decía “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota" y que tan acertada estaba.


Seguramente no fue nada fácil atravesar por todo lo que le paso a Tobías, pero conociéndolo en su relato y sintiendo su espíritu lleno de vida mientras describía su historia estoy segura que combatió todo el proceso de su enfermedad con mucha motivación emocional, con mucha Fe y batallando contra el desánimo y apostando por la vida con una gran salud mental.


Ahora como comunidad y lectores tal vez nos toque ser solo esa gota en el mar que la Madre Teresa proclamaba para que su sueño de contar su historia mediante este libro pueda hacérsele realidad y llevar ese mensaje esperanzador para quienes hoy tanto lo necesitan.


Finalmente y como bien se explica la Resiliencia es la capacidad que tiene una persona de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. Tobías Catuogno tiene mucho de eso y lo transmite. Lleva su alegría a flor de piel y busca a sus cortos 20 años que nunca debemos bajar los brazos.