Día del Animal

Cada 29 de abril se celebra en Argentina el Día del Animal. Ese día se eligió en conmemoración por el fallecimiento del doctor Ignacio Lucas Albarracín. El abogado fue uno de los pioneros en defender a los animales y también fue el propulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales N° 2786, sancionada en 1891 y también conocida como la "Ley Sarmiento". Esta establecía la obligatoriedad de brindar protección a los animales, de manera de impedir su maltrato y su caza.

Como Albarracín, que fundó y presidió la Sociedad Argentina Protectora de los Animales, hay miles de personas que velan por los derechos de los animales y por el cuidado y respeto hacia sus vidas. Según una encuesta realizada por la consultora Millward Brown Argentina, en nuestro país un 78% de las personas tienen una mascota. El mismo informe indica que las adopciones de perros aumentaron un 200% durante la pandemia.

La Fundación Cintia Guadalupe, de Córdoba -casualidad o no- como el mismo Albarracín, realizó a través de Change una petición que ya cuenta con más de 19 mil firmas. En la misma exigen al Congreso de la Nación Argentina “que trate y apruebe una Ley de Promoción de adopción consciente y responsable”. ”, escribieron en la petición.

Desde la organización defensora de los derechos de los animales, promueven la adopción antes que la compra. Jutifican esto explicando que comprar significa fomentar esta industria que lo único que hace es dañar a los perros y tratarlos como mercancía. Estas personas, en muchas ocasiones, abusan de los animales y los transforman en máquinas reproductoras. “Estos ‘criadores’ no se preocupan por el bienestar, salud o felicidad de los animales sino que solo los ven como un medio para ganar dinero”, escribieron en la petición.

La Fundación Cintia Guadalupe pide que se inicie una campaña de concientización para que las personas entiendan que un perro no es una mercancía. Tal como promovía Albarracín, apodado el "Loco" por sus ideas revolucionarias y contrarias a la época, la organización cordobesa quiere impedir que esta industria siga torturando más animales.

Muchas veces sucede que los niños quieren una mascota pero la decisión y el poder sobre el destino de ese animal radica en la educación que los padres brinden a sus hijos, haciéndoles entender que un perro o un gato -o el animal que sea- no es un “regalo” o un “juguete” que cuando se cansen lo pueden descartar, sino todo lo contrario, es un compromiso para con el animal que al fin y al cabo es un integrante más de la familia. Albarracín creía en los valores y en el poder de la educación y su legado es desde dónde podemos empezar a enseñar.