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Saturday 20 de April de 2019

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Se cumple un nuevo aniversario del primer levantamiento carapintada en la Semana Santa de 1987.


    En Semana Santa de 1987, desde la Unión Cívica Radical, decíamos que las diferencias internas en las fuerzas armadas, fundamentalmente en el ejército, eran mucho más complejas que la tradicional división vertical de corte ideológico. A la distinción entre nacionalistas y liberales manifiesta en 1930 y 1955, o a la de legalistas y golpistas en la lucha entre azules y colorados de 1962, o la mezcla de golpistas militares, golpistas conservadores y golpistas peronistas de 1966, se sumaron por esos tiempos, otras controversias en algunos casos de sesgo horizontal, provenientes de las responsabilidades ante la represión y, sobre todo, del comportamiento durante la guerra de Malvinas.



    Los liderazgos militares ya no eran ejercidos excluyentemente por los generales de mayor predicamento o de más claridad ideológica, o por los ambiciosos en colocarse la banda de Presidente de la Nación.



    La cuestión es que cuando se produce Semana Santa esos reclamos “gremiales” de que hablábamos eran sentidos por la generalidad de los cuadros militares, independientemente de su aceptación o no a subordinarse al poder civil. Había una porción muy activa y con tintes fanáticos y totalitarios y otra mayor, que acataba, aún cuando fuera a desgano en muchos casos, la legalidad constitucional. Pero todos compartían el malestar por los juicios que se llevaban adelante por el accionar de las fuerzas armadas durante la represión. Con el tiempo, los fundamentalistas se desenmascararon, el gobierno provocó algunos hechos que fueron descomprimiendo la situación y entonces los grupos rebeldes quedaron cada vez más aislados.



    Por ese entonces la mayoría de los canales de televisión estaban en manos del Estado. A decir verdad, sólo el canal 9 estaba en manos privadas: Alejandro Romay.



    En los restantes, sólo en ATC había políticos en su conducción. Era presidente Néstor Rodríguez Croos. En los demás se desempeñaban periodistas profesionales. En el 13 Sergio Villarroel y en el 11 el Chacho Marchetti, radical.



    Cuando se desata el conflicto decidimos en ATC que se levantara toda la programación y se hiciera una transmisión especial conducido por los conductores de todos los noticieros del canal. La transmisión duró todo el tiempo, en vivo las 24 horas hasta el domingo que creímos que terminó todo.



    Lo que sucedió durante esos días en ATC fue determinante para que, en los alzamientos que luego se sucedieron, la decisión que se tomó desde el Gobierno de Alfonsín fue que ATC se convirtiera en el centro de una transmisión conjunta de la que participaron el resto de las emisoras.



    Con respecto a esa Semana Santa vale la pena recordar algunos párrafos de un artículo publicado por Carlos Campolongo – conductor del Noticiero de ATC junto a Mónica Gutiérrez - varios años después.



    “Reflexionando luego del llamado de Julio Fernández Cortés, en la madrugada del 16 de abril de 1987 para que fuera urgente al canal, recordé una de esas expresiones provocativas que tenía don Arturo Jauretche. En la Argentina las opciones no son entre Santo Tomás de Aquino y San Miguel Arcángel. Son mucho más pedestres, acuciantes y urgentes. No sé si el slogan democracia o dictadura era el exacto pero seguro que no fue del todo una exageración. El tiempo lo diría”.



    “No hizo falta más para darse cuenta dónde había que pararse. Aunque luego los arponeros para desprestigiar hayan inventado mil fábulas difamatorias. La presencia en el estudio de equipos linguisticos y psicológicos graduados en La Sorbona que asesoraban a Fernández Cortés, confabulaciones con el oficialismo de entonces, formación gramsciana y otros dislates”.



    “Todo lo que se pensó y se supo es lo que comunicamos con Mónica Gutiérrez y todos los que hacíamos el noticiero. En aquellas jornadas no intervino una sola persona más de las que habitualmente lo hacían en el noticiero. Sobre ATC aún rondaba el fantasma de lo que había sido la desinformación durante la guerra de Malvinas. Una concepción ética y política determinó un modelo distinto que configuramos entre todos los que tuvimos responsabilidades durante la transmisión, con la dirección de Fernández Cortés. Sólo se trató de interpretar el conflicto con profesionalismo, economía de palabras y la mayor precisión posible en la información. Desbrozando la experta acción de inteligencia que tenían los amotinados. Nosotros abroquelados en un sentido democrático, creo que fuimos simétricos a los millones de ciudadanos que se movilizaron en todas las ciudades del país”.



    Ya señalamos más arriba que cuando en Semana Santa de 1987 peligró la democracia, los canales de televisión estaban en manos del Estado. Sólo en uno de ellos había militantes del radicalismo ocupando cargos de conducción, en ATC. En el resto, habían sido designados periodistas “profesionales”. Fue a través de ATC, donde estábamos militantes de distintos sectores del progresismo, no sólo radicales, ocupando cargos de responsabilidad y sabiendo qué era lo que se debía hacer, porque no éramos improvisados en el tema , que los argentinos pudieron saber exactamente qué era lo que estaba sucediendo. Fue ATC el que transmitió ininterrumpidamente durante todo el episodio, para que nadie pudiera ser sorprendido por los golpistas. Fue desde ese canal que se analizaban los hechos y se informaba con veracidad. Desde los otros, donde se encontraban los “profesionales”, se ocupaba el tiempo con consignas vacías de contenido. Recuerdo que en canal 13 – antes de ir a las tandas comerciales – Sergio Villarruel decía: “quédese con nosotros, lo seguiremos informando después del corte”. En ATC no hicimos eso. Campolongo y Mónica pedían que la gente saliera a la calle para defender a la democracia. “Cuando vuelvan, cuando todo haya terminado, nosotros estaremos acá para contarle lo que estuvo pasando en todo el país, con el pueblo argentino en las plazas defendiendo lo que tanto nos costó conseguir”. Esa era la consigna de todos los que estuvimos cinco días dentro del canal transmitiendo ininterrumpidamente, con la programación levantada: Carlos Campolongo, Mónica Gutiérrez, Arturo Cavallo – productor general de todos los noticieros - ,Alberto Mooney, Cecilia Laratro, Silvia Martínez, Malena Alonso, Horacio Fórmica, Guillermo Cánepa, Chiche Almozny, Jorge Rodríguez, Marcelo Rodríguez (donaron lo que les correspondía por las horas extras trabajadas para la construcción de un jardín maternal en el canal) Mercedes Stagni, camarógrafos, responsables de la edición del material, motoristas y tantos otros que se acercaron a acompañar. Seguramente me olvido de algunos. También me acuerdo de los que se hicieron los distraídos. Pero éstos últimos no valen la pena. No había – ni hay – entre los que asumieron ese compromiso una misma ideología. Sí había una convicción: había que defender lo conseguido entre todos los argentinos.



    Mi reconocimiento es para toda la vida.



    Julio Fernández Cortés